Las redes sociales transformaron diversos aspectos de nuestras vidas, convirtiéndose en una herramienta fundamental en el día a día, bien sea para informarse, conectarse con amigos y familiares, seguir figuras que admiras, e incluso a la hora de seguir recomendaciones y comprar productos online.
Actualmente, estas son parte fundamental en las estrategias de marketing de las empresas, representando una economía millonaria que involucra a creadores de contenido, marcas y una audiencia por conquistar. De esta manera ha surgido el social commerce, una tendencia que combina las redes sociales con el comercio electrónico, permitiendo a los usuarios comprar productos directamente desde las plataformas sociales.
Una parte fundamental del social commerce son los creadores, quienes gracias a su presencia en redes sociales disponen de grandes comunidades y diferentes tipos de público que son de interés para las marcas, por lo que en este modelo de comercio los creadores de contenido lideran el impulso de las ventas al recomendar productos a su audiencia; una estrategia similar al marketing boca a boca pero que usa el poder de las redes sociales.
Generación Z y millennials impulsan el social commerce
Con un crecimiento impulsado por la generación Z y los consumidores millennials, se espera que la industria global del social commerce crezca tres veces más rápido que el comercio electrónico tradicional, pasando de $492,000 millones en 2021 a $1.2 billones de dólares para 2025, de acuerdo con Accenture. Para entonces, estas generaciones representarám el 62% del gasto global de esta industria.
Los usuarios están tan familiarizados con este canal para realizar sus compras que casi dos tercios (64%) de los usuarios de redes sociales, aproximadamente 2,000 millones de personas, dijeron que hicieron una compra a través de redes sociales en el último año.
Ante esto, este mercado será clave en los próximos años para el desarrollo económico de América Latina, por lo que han comenzado a surgir startups que enfocan sus esfuerzos en impulsar esta industria en la región. Una de las soluciones que actualmente ganan fuerza es For_me, una compañía fundada por Consuelo Chasseing, Romina Mahboub y Denise Henry, que tiene sede en Argentina y Silicon Valley, cuya visión es construir el social commerce más grande para el sector de la belleza en Latinoamérica, facilitando a los creadores de contenido vivir de su pasión.
Gracias a su modelo de beneficios y distribución de ingresos (revenue sharing en inglés) que conecta a marcas y retailers con una comunidad de más de 500,000 influencers de belleza en América Latina, For_me permite gestionar y mejorar el boca a boca, transformando las recomendaciones orgánicas en promoción digital y permitiendo a los creadores de contenido aprender, escalar y capitalizar sus audiencias.
No cabe duda de que el social commerce es una oportunidad para las marcas de aumentar su visibilidad, su reputación y sus ventas en el entorno digital. Sin embargo, también implica un desafío, ya que requiere adaptarse a las nuevas tendencias y expectativas de los consumidores, y ofrecer un servicio de calidad y diferenciado.